26 octubre 2007

A 50 años de la Rebeliòn del Atlas

Una Sociedad donde bajo el disfraz de la misericordia y el bienestar colectivo se expropian los frutos del esfuerzo ajeno, condena moral y materialmente a sus integrantes.

Un grupo de emprendedores, dispuestos a defender su derecho a la Propiedad, a ganar riqueza y a ser mejores cada día, deciden escapar de las garras del colectivismo estatal y aislarse de los usurpadores, de los parásitos del conocimiento, diciéndoles “No más”.

Calificados de egoístas e inmorales, perseguidos por quienes sienten tener derecho sobre la Vida y la Propiedad ajena.

¿Ficción?, lo dudo, hoy en día tanto en Perú como en otros países de Sudamérica los ciudadanos ven que sus actividades económicas y políticas son amenazadas por el aparato totalitario del Estado, el cual bajo la premisa de “de cada uno según su capacidad y a cada uno según su necesidad” se apropian inmoralmente de lo producido por otros para su lucro.

Hoy, hay una “Rebelión del Atlas” en cada empresario informal que se arriesga a producir bienes y servicios para satisfacer a sus consumidores, y dice ¡NO! a los burócratas que le quiere sacar $150 dólares por una Licencia de Funcionamiento Municipal, dice ¡NO! a quienes le exigen el pago de impuestos y aranceles para engordar sus bolsillos bajo sanción de multa o decomiso de sus bienes y dice ¡NO! a quienes en el colmo del cinismo le prohiben importar bienes tan necesarios como ropa usada condenando a los más pobres, es decir quienes producimos debemos tener el visto bueno de quienes nada producen, y eso es inmoral.

Hace 50 años Ayn Rand vio como la democracia en Norteamérica podía ver limitados sus valores de Libertad e Independencia plasmados en la Primera Constitución del planeta al incorporar al socialismo a través de un Estado “Todo abarcante”, a lo cual se le opone el levantamiento de los Individuos quienes defienden su Vida, su Propiedad y su Derecho a la Felicidad.

Todo esto se respira en cada página de la “Rebelión del Atlas”, mezcla de filosofía diaria y sentimiento, a cuya lectura los invito.

Gato Randiano

5 comentarios:

Sofitach dijo...

Gato, popr ké ya no escribes??? se te extraña en la blogósfera. Nos leemos.

José dijo...

Hola Sofitach, tengo algunas entradas que la she estado trabajando pero por falta de tiempo no las he introducido aùn, la siguiente semana que me despejo regreso je,je,je Un abrazo.

Gato Randiano

Esteban dijo...

He leido la Rebelion de Atlas, libro que seria muy bueno literalmente hablando, si no tuviera 500 paginas innecesarias y largos discursos repetitivos.

Mas alla de la absurda exageracion en algunos puntos, lo equivocado que me parece el planteo de que solo los empresarios emprededores mueven la economia, la defensa que hace Galt del egoismo me parece simplemente inaceptable.

Saludos!

PD: Ayn Rand no se oponia a la existencia del Estado, no era anarcocapitalista, simplemente creia en el Estado minimo.

José dijo...

Pues si no son los empresarios emprendedores quienes mueven la economía...¿quién más?.

El libro es denso, es cierto, no comparte el espíritu literario de "El Manatial" es más un tratado de filosofía hecho novela lo cual lo hace más contundente aún que "El Manatial".

Si los discursos te parecen repetitivos debe ser porque hay mucho que desbaratar producto de siglos y milenios de totalitarismo socialista y cristiano.

La defensa del egoismo es la defensa de uno mismo, el instinto de supervivencia que motiva a los humanos a proveerse de recursos para satisfacer sus necesidades, si eso te parece inaceptable, ni modo.

Ayn Rand al igual que Mises era minarquista, yo me considero anarcocapitalista, pero creo que Ayn dió un primer paso, más aún cuando los totalitarismos facistas y comunistas estaban en boga.

Saludos

Gato Randiano

Anónimo dijo...

Gatito ,como especular con ropa usada?
Por que no se produce ropa buena y no cara .o sea bien confeccionada y no cara?
Si importás ropa usada ya hasta da impresión que un país es basura ,por màs rica que la ropa sea.Quitàs trabajo a los confeccionistas.
Yo en ese caso le meto unos impuestos formidable y favorezco al que produce ropa buena con materiales economicamente accesibles.
Esta es una de las cargadas del neo capitalismo.